"Sí, el último es a las diez y media", dijo la chica del pelo oscuro. Sonaba Stairway to Heaven y, a lo lejos, las luces navideñas se encargaban de recordarnos que ya no es Octubre. "Uno, por favor"; la misma sonrisa, ahora con las mejillas arreboladas. Narices rojas.
Trato de sentir, pero ya no puedo. Y no
me sale nada propio. Tarde, todo tarde. Tarde fue cuando me di cuenta
de que sí me gustaba esa canción que juré y perjuré odiar. Tarde,
demasiado tarde, supe que la indiferencia no me llevaría a ningua
parte. Que el cinismo con pinta de sabiduría era irreflexivo y, una
vez aparecía, como el océano. No tenía fin. Decidir expulsar de tu
vida los bocadillos de Nocilla de los viernes por la tarde, y todo lo
que te aportase un poco de azúcar, no era la mejor alternativa a la
sobredosis de recuerdos. Las pequeñas raciones también existen,
¿sabes?, pero yo siempre he sido de extremos. Ese todo o nada sabía
a lunes, de diciembre para más señas. Y a viernes, y a sábado en
el cuarto de la luz. A abrigos de pelo de conejo. Si me apuras, un
regusto a exceso de equipaje sí que había. También, un tícket de
bus.A cosas que te encantan. A aficiones indiscretas. Algo
encuentras, si te esfuerzas. Harta de blues, un pedacito de pequeño
rock n'roll y luces de Navidad.
Siempre
he creído estúpido siquiera pensar en no estar a la altura. Que la
altura la pones tú y la alcanzas tú, luchando por tus ambiciones.
Habría dicho.
¿Y
qué si no es tan fácil? ¿Qué pasa entonces? Cuando dudas si
podrás llegar, aunque lo intentes, entonces ya pierdes. Sí, amigo,
ya has perdido. Ya hemos perdido. El juego no es tan divertido, ni
tan largo, como para permitirse ñoñerías de domingos por la tarde.
Las cosas están para vivirlas; y aquí estamos, con la ficha roja en
la casilla número tres. Lo que siempre has querido hacer aparece, el
irrefrenable miedo a no llegar al recuadro final le acompaña. Lo que
no requiere de talento, va de tener suerte; y tanto lo uno como lo
otro nunca habían originado tantos sobresaltos.
Admítelo,
jamás has sido de las que encuentran monedas de un céntimo en el
suelo de la discoteca. La inspiración te abandona frecuentemente,
dejándote a solas con tu indiferencia; esos días la hecatombe es
inminente. Deseas ser Carrie Bradshaw, y no te conformas con ser la
leonesa de Valladolid que solía sentarse con su abuelo a contar las
estrellas en las noches de verano. Sin embargo, sonríes al
recordarlo; claro que sonríes.
Y
odio ponerme transcendental y odio tener mucho que hacer y no hacer
nada, pero puede que de vez en cuando necesite un insospechado momento de melancolía,
o una taza de café solo.
Se trata de vivir el tópico del carpe diem;aunque, no te creas que a todo el mundo le resulta tan fácil.
Todos tenemos historia. Y ni siquiera te molestes en negármelo. El chico de la boina roja, la del gorrito azul, aquella chica con un vestido tan raro. Yo, tú.
Algún día se escribirán canciones sobre ella. Ella, la que siempre esperaba.
¿Somos todos diferentes o es que todos somos iguales? Es algo que siempre me he preguntado. ¿Sería yo algo distinto de los demás? A todos nos han dicho alguna vez "Tú eres especial", o aunque sea la típica broma de los amigos que te dicen que eres rara, derivado de años y años de convivencia, que nos llevan a conocer las más íntimas peculiaridades, las pequeñas cosas, las manías más imperceptibles. Que se muerde el labio inferior cuando está nerviosa, que suele hablar sola en los exámenes de mates, que corre cuando ve al chico que le gusta (en dirección opuesta), que coge mal el boli, que desearía poder ver la tele durante toda su vida, sin hacer otra cosa que comer. Que está enamorada de alguien que no conoce, que no es capaz de enamorarse, que se enamora demasiado a menudo. Las mayores obsesiones y los más oscuros miedos. Que tiene fobia a los insectos, que sueña con la tercera guerra mundial, que nunca se acuerda de sus sueños. Que escribe cartas que no envía o que no sabe dónde va el remite de una carta. Que dice todo lo que piensa, o que no piensa todo lo que dice. Que twittea todo lo que piensa y/o dice.
Mientras pasaba con mi sonriente expresión canturreando 'On the wing' entre una multitud de caras vacías que me observaban, rabiosas, no pude por menos que pensar: 'no me miréis así, vosotros también estáis locos.'
Soy problemas. Malas noticias, esta ronda tú ya no juegas.
Una de las frases predilectas de mi padre. Pensareis que siendo el padre de una autoproclamada soñadora compulsiva debería ser de otra manera, pero no. Aquí me tenéis, con un millón de pájaros en la cabeza y la maldita frasecita que te atornilla cuando menos te lo esperas (y más lo necesitas, también). ¿A qué aspiras, qué es eso que imaginas conseguir? No estoy cuerdo, ni loco tampoco, quizás reflexiono con demasiada frecuencia. Probablemente. Pensar en exceso nunca es bueno, podría escribir una tesis doctoral al respecto. Además, el mundo no va a dejar de girar por mucho que te empeñes. Jamás. Yo de mayor lo que quiero ser es Tintín, y jugar a resolver misterios.
Ella nunca esperó cinco minutos antes de hacer click en 'Responder'.
Son buenos tiempos para quienes saben hacer realidad sus ilusiones. Qué tontería, para esos siempre son buenos tiempos. A los demás, dando pasos más o menos acertados para arreglar nuestra no-tan-ilustre-como-desearíamos vida, nos cuesta asumir eso de "El que no arriesga no gana". Aunque puede que sólo sea yo. Entre tanto, son las 00:51 en un Valladolid que no se molesta en escuchar susurros de desconocidos. Donde los cafés no duran más que el beso de buenas noches y las abejas tan pronto van a la miel como a la mierda.
El otoño ha derrumbado las barreras de lo sobrenatural, y la frase 'ésto es surrealista' permanece perpetuamente en la punta de mi entumecida lengua. Cuesta no cometer un atentado contra la humanidad mientras sonríes cariñosamente, alabando éxitos ajenos. Misteriosamente para muchos, las aguas vuelven a su cauce de cuando en cuando, entre palomitas y sabias compañías; misericordiosamente, el azar no vendrá a rondarme esta noche. ¿Esperará tal vez a las luces de discoteca de un lunes alrededor de las doce?
Las lentillas de Pocajontas se llenan de vaho como los cristales aún sin luces navideñas.
Descubrió a fuerza de Lunes que en la ciudad ya no es lo mismo. Supo por las nubes que se acercaban que ya no quedaba otra opción. Intervenir y empezar a hacerse partícipe de su propia vida. Resurgir. Los pies fríos contaban cien mil historias de noches descalzas. Los tacones enjaulados conocían los rincones más oscuros de la ciudad estrangulada por un Martes a las ocho. Las conversaciones fácilesnos pillaron por sorpresa.
Cuando la vida te altere, tírale piedras. Hablamos de pedruscos y peñazos. También de las piedrecillas puntiagudas que se te pegan a la suela del zapato y no salen por mucho que des volteretas.
+Te va eso de complicarte la vida, ¿no?
Da la casualidad de que a mí me gusta mucho dar volteretas.Mucho mucho.
Pelos alborotados, cigarillo en la mano derecha, aire descontrolado. Uñas mordidas.
Sí, es la chica del chándal azul, la de la mirada decidida. No sabe qué hacer con su vida. Aún. O a lo me jor es que quiere demasiadas cosas. O que no sabe lo que quiere.
Muchos la hicieron pensar. Tantos. Ninguno pasó de la arena de un martes noche, de un domingo lluvioso de Julio. De un 'hola' por obligación. Muchos lo intentaron. Tantos.
Y para mí ya no hay nada mejor que ver cómo te vas a Siberia en avión.
Todo ha cambiado. Hasta el escaparate de la tienda de novias con los vestidos rositas que tanto me gustaban. Ahora son azul noche.
El otoño ha venido y a mí, ¿qué me ha dejado? Un último año en la ciudad que solía odiar con todas mis fuerzas y una cajetilla de cigarros que ya no saben igual. La sudadera de los exámenes de historia. Por no tener no tengo ni un bolígrafo para escribir la vida que, ironía superlativa, tampoco tengo.
Mis entradas son cada vez más rutinarias, mis días son cada vez más rutinarios, y utilizo en exceso el recurso de la repetición, aún siendo éste mi eterno favorito. Los martes no me podrían sentar peor.
Aquí está el otoño, y las chicas de ojos almendrados se ponen más bobas que de costumbre.
Él llegó estrepitoso, como llegan las cosas que no vienen para quedarse. No fue su mayor acierto, tampoco un craso error. Transcurrió en una alegoría de la sinrrazón, algo así como decir sin pies ni cabeza. Si te he visto no me acuerdo, un poco de eso también hubo. Diez mil noches y dos días pasaron, no existió manera de sacarles del olvido. Y ahora, sin previo aviso, rebuscando entre dígitos de un verano cada vez más perdido, te sorprendiste en el recuerdo.
O tal vez es que necesitases pensar en alguien para escribir algo como esto.
Hoy, te escribo esta carta. Inspiración, te echo de menos.
Pretenciosamente y en numerosas ocasiones, soñó con imposibles. Sí, fue así, como os lo cuento. Pensó que su vida sería diferente, y se encontró con un puñado de Domingos de resaca. Fue fuerte, eso también lo recuerdo.
Así os lo digo. Se perdió viendo pasar el tiempo.
Tengo una imagen de ti que ya no brilla-. Mientras los cielos de siempre en Valladolid se ennegrecen, los paseos ya no apetecen tanto y las ganas de escapar abundan.
Mientras las canciones que juraste no aguantar resuenan en tu habitación vacía.
Mientras los folios vuelan por los aires, y las mentes vuelan (a mundos fantásticos).
Mientras sepa lo que fue, sabré que hay algo que no vuelve.
Mientras la mancha negra siga en su sitio exacto, y tus manías no pasen desapercibidas.
Ella sabía que no es oro todo lo que reluce. Incluso intuía la diferencia entre ser, estar y parecer.
Para "ir arreglada" con eso, mejor ponte un pijama. Deberías leer más, tu ignorancia se manifiesta cada vez que abres la boca. Los vestidos prietos no son para todas. En el caso de los zapatos blancos de Blanco, no suele valer la redundancia. Si prefieres que además de castigarte a ti castiguen a todos los que han hecho lo mismo que tú pero no han sido pillados o eres gilipollas o muchas luces no tienes. Frecuentemente ambas. Lo de mal de muchos, consuelo de tontos se suele cumplir. Estaría bien que presentases en sociedad a ese "migo" del que tanto hablas. Porque digas eso de "juNtiitopsS 4eVerR 1-1-11 teQuiieRoO mi niniiiO*]" ni vais a durar más ni te vamos a tener más envidia. A la duodécima vez que no te contesto al "qué te cuentas?" podrías pensar que a lo mejor no tengo nada que contarte. Porque te guste a ti así no significa que nos tenga que gustar a todos. Cuando no tengas nada agradable que decir, mejor cállate, por el bien de la humanidad. (modorioníaON)
Le cuesta enfadarse. Adora el rosa. No sabe hacer pompas de chicle. Es adicta a los tacones infinitos. Sus ojos cambian de color con el sol. Suele llorar de la risa. Ama la música. La Vogue es su Biblia. Tiene coloretes permanentes. Está en proceso de búsqueda de vida propia. Deja las cosas para el último momento. Tiene fobia a los insectos. Quiere un perro. La noche la confunde, y el verano hace que enloquezca irremediablemente. Si se puede tropezar, lo hará. Disfruta de las pequeñas cosas. Se podría alimentar exclusivamente de helado de chocolate. Siempre celebra Halloween. Es perfeccionista. De mayor quiere ser Carrie Bradshaw o, al menos, tener su armario. Actúa sin pensar, y así le va. Solo sabe que no sabe nada. Odia los lunes. Vuelve andando a casa todos los días. Una hora. Piensa que piensa demasiado. Le gusta el siri miri éste que todos odian. Y las pompas de jabón. No le asusta improvisar. Ha hecho un agujero de humedad en el techo de su cocina por ducharse durante horas en la planta de arriba. Es maquillaje-dependiente. Naturalmente indiferente. Sonríe todo el tiempo. Cree que así se es más feliz.
Que mis ojos de cuando en cuando verdosos guardan secretos de miradas encantadas. Si yo quisiera contarte y tú escucharme tal vez descubriéramos por qué las estrellas tienen ese brillar pluscuamperfecto. Que los girasoles se vuelven locos cuando pasa un nubarrón. Que el día en que me dijiste tu nombre algo empezó a tener sentido.
Bound by the surprise of our glory days.
Por un momento pensaré en todos esos "para siempre". En los momentos que te gustaría agarrar fuerte y no dejar pasar jamás. En cuando te preguntas si se estarán preguntando si te preguntas por ellos. En lo lejos que está un teléfono. En lo difíciles que podemos llegar a hacer las cosas más fáciles. En las muchas veces que se puede multiplicar o dividir la distancia, ¿sabes?, todo depende de ti.Que hay ocasiones en las que a los que más echas de menos son a los que más cerca tienes, y hay caminos interminables que sólo duran tres pasos. Hay quien existe para vivir en tu recuerdo. No siempre merece la pena cambiarlo. Pero debes estar preparado, por si éste no es el caso. I heard.
Cuando te faltan los versos, los besos y la cafeína. Curiosamente empiezas a filosofar, de puro cansancio, no te queda otra. Te das cuenta de que a veces es preferible no darse cuenta de las cosas. Y sigues a lo tuyo. Porque sigues. Y la vida sigue, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, que dicen algunos. Escuchas la misma canción trescientas veintiocho veces, hasta acabar por sacarle los significados ocultos. Sí, cuando la inspiración te abandona, sólo queda desvariar.
¿Quién no sueña con la magia oriental? Con los estampados exóticos, con las flores, con los colores brillantes, con los pantalones bombachos, con las sedas, con las piedras preciosas... Es cierto, no obstante, que en esta estación cada vez menos cálida en la que nos vamos sumiendo sin remedio no viene mucho a cuento que yo hable de vestidos vaporosos y sol abrasador. ¡Qué puedo decir, que adiós al bronceador y el biquini y jelou a los abrigos de pelo y las narices rojas! Os echaré de menos, lo prometo.
Es absurda, reiterativa y ciertamente confusa. Pero se quedará aquí para que las generaciones venideras vean lo que puede dar de sí el cerebro de una persona algo particular. En fin, irme a la cama sería una grandísima idea en estos instantes. Cambio y corto. Soy adicta. Vuelvo a cambiar y a cortar.
Si bien mis pequeños defectos no me hacen diferir, tampoco lo harán mis virtudes, transitorias y en su mayoría subjetivas, curiosas generalmente. Tengo la inoportuna habilidad de escribir párrafos farragosos, en los que para leer una frase te faltan tres veces el aliento y cuatro el ánimo. Sé positivamente que no necesariamente soy la más polémica, no es algo que no me interese, esa no es la palabra. Me entiendo poco, me escucho un poco demasiado. La mayor parte de las veces debería pensármelo dos veces antes de abrir mi bocaza (no en sentido literal) e incluso de cerrarla. Soy inapropiada, tengo consciencia de ello. Tampoco puedo decir que me disguste, no es el caso. De echo, es una de mis aficiones, pero shhhhh! Lo demás es irrelevante, ya ha sido dicho o se presupone y si no es así, poco importa ya. Trataré de fingir normalidad sea como sea.
"A padded leather banquette allows for furtive glances out of the window for a late date, while the side room is reserved for subtle flirtation."
Parece mentira que tenga catorce minutos para ver entero el desfile de Louis Vuitton en la Paris Fashion Week (otoño-invierno 2011/12 ya, cómo pasa el tiempo) estando en segundo de Bachillerato (me reitero) y necesitando.....nota. La verdad es que no lo tengo pero, como eso nunca me ha impedido vaguear incansablemente por el mundo de la moda (y de las series de televisión), paso a relatar lo alucinantemente flipante que me ha parecido.
Me declaro obstinada (ni que me hiciera falta declararme eso) seguidora del lujo turbio del que es tan amante Marc Jacobs, qué decir, arte puro. Del desfile me quedo con las transparencias y las cazadoras masculinas con las piernas completamente descubiertas (como era de esperar en mi, por otra parte), con las mangas abullonadas, los trajes de sirvienta de época (so sexy) y; por supuesto, los accesorios, que siempre han sido el punto fuerte de la marca. Los zapatos de tacón infinito, los bolsitos (naturalmente, oh là là) y los tocados (diademas con antifaces y sombreros que me han tenido 12 minutos buscando a Naomi Campbell, love love love the idea) son, como todos los suyos, objetos de culto.
Me ha gustado bastante que los porteros fuesen hombres normales y corrientes, de haber sido modelos habría quedado demasiado "videoclip". La decoración una auténtica pasada, según mis fuentes inspirada en el hotel Claridge's de Londres (HAY QUE IR).
¿Outfits favoritos? Por supuesto, aquí están algunos.
El punto transgresor lo ha tenido que poner, para no variar, la muy transgresora en sí misma Kate Moss, fumándose un cigarrillo en plena pasarela. Ni que decir tiene que a mi, me ha chiflado. Además, que se tuviese que agarrar precariamente a la barandilla para bajar las escaleras, como yo al entrar en Jaleo, me ha hecho mucha mucha gracia.
Se paró a examinar más detenidamente aquel estudio que a duras penas acertaba a llamar suyo. Hacía mucho que no escribía absolutamente nada. Las desangeladas paredes pedían a gritos una mínima decoración de cualquier tipo. Su color blanco grisáceo, combinado con su propia piel cetrina, confería a la escena un aspecto abandonado y melancólico.
Las hojas de los árboles cayendo, ya había llegado el
otoño. Pero, ¿cuándo había ocurrido aquello? El verano había pasado como siempre desde hace tanto. O mejor dicho, no había pasado. Nada. Pensar en ella, "reflexionar", todas esas cartas a Roma. Neil cerró la puerta de golpe, como tantas otras veces. Su piel, nunca especialmente bronceada, se adivinaba blanquecina, vagamente percibida en la oscuridad del habitáculo. Su torso, antaño torneado, se hallaba flácido y poco definido. Los ojos azules desteñidos, consecuencia sin duda de las noches en vela. Miró a su alrededor. Manuscritos
desparramados por doquier, manchas de tinta en almohada y sábanas. ¿Cuánto tiempo hacía que no comía otra cosa que los guisos que de vez en cuando, apiadada, le subía la vecina del segundo?Dirigió la vista a las tazas sucias de café negro, a las quemaduras de cigarrillos en las paredes. A las pilas de libros sin abrir, las plumas secas, las cajas de la mudanza. El revoltijo de sellos, folios arrugados de intentos fallidos de transformar su desazón en retazos de vida, pronto fatídicamente abandonados. Calzoncillos sucios. Sombras
Aquí y ahora. (No) ha pasado (tanto) tiempo. Aún así, ni es suficiente ni es parecido. Supongamos que presumiblemente sea así. Algo de extraño tiene, no creas que no. No sé ni de qué estoy hablando.
Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que ayer fue mi cumpleaños favorito del mundo. Que amigas Tan maravillosas no las tiene cualquiera. ¡Qué habré hecho yo para merecerlo, se preguntan ellas (porque yo nunca tengo ninguna duda en ese tipo de cuestiones)! Que pasearse por ahí con...........
.........una banda de "Feliz Cumple", que no la lean y te pregunten si eres Miss Valladolid.......................
................una corona de princesa, que te digan con cara de asco que cómo llevas eso y por petición propia acaben diciendo que "es la cosa más bonita que han visto jamás"....................................................................
..............................un ramo de flores y te digan cosas como "¡Enhorabuena!" y "¿Quién es el afortunado?"........
.........................................pueden tener algo de divertido, lo juntas con el vino de seis euros y nuestras ganas de comernos el globo planetario entre indirecta e indirecta y tienes una noche memorable a la par que asquerosamente perfecta, con mis memorables y asquerosamente perfectas compañeras de desvaríos habituales, llorar de risa mientras te INTENTAN tocar el 'Cumpleaños Feliz' al piano, chupitos a tutiplén y de calada a calada felicitaciones de gente desconocida (nos guuuuuuuuuuuusta Jaleo!). Y todo y todos y toda (la noche). Y gracias.
Si es que por mucho que lo intentes no te sale pensar en otra cosa. Si es que lo echas de menos, tanto como todos los otros años. Si es que no puedes(ni quieres)vivir sin el sol, sin la playa, sin volverte loca sin motivo aparente, sin decir "por qué no?", sin toda esa gente increíble, sin las piñas coladas, sin un profesor jamaicano, sin surfear, sin los cocktails del Ventilo's, sin enfrentarte a lo desconocido, sin que la noche sea(TAN)joven
