Que mis ojos de cuando en cuando verdosos guardan secretos de miradas encantadas. Si yo quisiera contarte y tú escucharme tal vez descubriéramos por qué las estrellas tienen ese brillar pluscuamperfecto. Que los girasoles se vuelven locos cuando pasa un nubarrón. Que el día en que me dijiste tu nombre algo empezó a tener sentido.
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