El otoño ha derrumbado las barreras de lo sobrenatural, y la frase 'ésto es surrealista' permanece perpetuamente en la punta de mi entumecida lengua. Cuesta no cometer un atentado contra la humanidad mientras sonríes cariñosamente, alabando éxitos ajenos. Misteriosamente para muchos, las aguas vuelven a su cauce de cuando en cuando, entre palomitas y sabias compañías; misericordiosamente, el azar no vendrá a rondarme esta noche. ¿Esperará tal vez a las luces de discoteca de un lunes alrededor de las doce?
Las lentillas de Pocajontas se llenan de vaho como los cristales aún sin luces navideñas.
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