Pero un día pasaba algo. Un poco de arena de Biarritz perdida en el bolso negro sin bolsillos, una frase de una película o la constatación de un hecho. Y allí estaba de nuevo, en el principio de los tiempos. La eterna soñadora de ojos color miel escuchando Thunder. Qué ironía.
I got your runaway smile in my piggybank, baby.
Muchas gracias por pasarte Pau, me encanta que te gusten las entradas y el blog, jo :)
ResponderEliminarPD: Biarritz. Siempre he querido ir allí, ¿sabes?