En más de una y de dos y de diez mil ocasiones dejamos que las cosas sigan su cauce. Nos autoconvencemos de que es la mejor opción y de que lo que tenga que pasar, pasará.
Bueno, pues es hora de despertar, la realidad nos llama. El destino no existe, son lo padres, y eso de que el que la sigue la consigue hace tiempo ya que dejó de ser un mito.
Nos gusta hacer fotos, recordar viejos tiempos y, en el fondo, la melancolía de querer siempre volver atrás. No nos damos cuenta de que, en el fondo, pase lo que pase siempre llega un día más, un año más; y, a veces,
Cerró el portátil y se miró al espejo, buscando aquello que debía tener.