sábado, 10 de septiembre de 2011

Dime que la noche aquí no acaba.

"Por un quiéreme hoy, mañana será otro día." Se busca un poco de eso llamado necesitar y que no pique. Algo difícil, curioso, surreal.
Bebíamos Vodka solo, y esas cosas que se dan por sentado no estaban nada claras. 
Escuchando canciones melancólicas, bebes, y sin escuchar a  nadie piensas en un 610, en algo que (casi) lleva tu nombre, en la sintonía de la que (algo) te acuerdas. Apagando la luz de ese teclado que sigue en blanco, de esa cabeza que también, paradójicamente, sabes que sigue en blanco, te despides en silencio de andar a la caza de imposibles,de las ganas de comerte el Mundo entero en un verano, de los cigarrillos fumados a la Luna llena, en tanto que la banda sonora de tu vida te grita que hay algo roto, y que aún chirría. En tanto que Sabina trata de encontrar el perdido mes de Abril y Quique González se enfrenta a sus recuerdos desde el Rompeolas como tú te enfrentas a tu indiferencia desde algún lugar de la realidad, observando a Audrey Hepburn mostrarte lo idealizado del amor hollywoodiense, dándote en los morros con su felicidad pretendida. Tú aquí, más perdida que nunca, más borracha que siempre, te sobran las horas para saber que ya tienes Valladolid de sobra para todo el año y para pedirte que me lleves a donde sea, que no importa adonde vayas, cúrame un rato, si quieres mañana ya volvemos.

Dicen que para escribir bien hay que estar jodido